lunes, 31 de agosto de 2015

Mi amiga la del gato os cuenta que tal le fue en Australia

Buenas!

Tuvimos algún problema con la cámara, por lo que el pasado mes, no hubo entradas relacionadas con el tema de outfits. Pero ya está todo en orden, así que pronto iremos a sacar fotos. 

Cuando fui a Australia conocí a una chica súper guay que se le daba muy bien escribir poesía y le pedí una para mi blog. Ella me entendió mal y  mandó un texto acompañado de unas fotos explicando como vivió el momento.


¡Muchas gracias María! ♥ ♥ 

Bueno, la verdad es que desgraciadamente estoy perdiendo bastante la costumbre de escribir que tenía antes, pero Aida me pidió un favor y puedo decir que al menos lo he intentado.



No voy a contar el rollo que ya os ha contado ella sobre cómo era todo, pues sería un poco repetitivo ¿no? Haré sobre todo hincapié en lo que al final me ha quedado del viaje, lo que realmente me ha llenado por dentro.


Personalmente la experiencia en Cairns ha sido bastante positiva. Además de aprender inglés (la razón práctica del viaje) iba con la intención de olvidarme un poco de mi vida en España y conocer culturas y personas nuevas (la razón más personal del viaje). Pues bien, lo he conseguido.



El viaje me ha servido para soltarme algo más y hacer oído en cuanto a la intención que tenía de aprender inglés. Por otra parte he aprendido mucho sobre el lugar que he visitado. Además, allí, sabiendo que estaba justo al otro lado del mundo, descubriendo animales increíbles, divisando ballenas saltando por los aires, me sentía afortunada, afortunada y libre al saber que estaba teniendo esa oportunidad en la vida y la estaba aprovechando. Eso al mismo tiempo me abrió los ojos y pensé que el mundo está lleno de oportunidades y de detalles a los que no damos importancia (porque para mí ver saltar a esa ballena fue de lo más increíble del mundo, de alguna forma me hizo sentir feliz, y la gente allí quizás no le dé importancia) y sin embargo hacen nuestra vida más bonita día a día.



También he tratado con personas de otros países, obviamente es muy difícil intimar con estas por el idioma (lo que implica no solo su propia problemática, sino el tiempo que acabas pasando con ellas, demasiado corto), aunque creo que he forjado una interesante amistad con mi noruega (yo llamo así a la compañera noruega con la que compartía familia, aunque su nombre es Sandra).



Pero lo más importante es que en solo un mes que he pasado con Isabela (con una l) y Aida (sin tilde) he sentido como si las conociera de toda la vida. Aquí es cuando te paras a pensar, ¿cuánta gente maravillosa hay por el mundo a la que no conocemos? Pues bien, no lo sabemos, pero lo que tengo claro es que estas dos amigas han sido dos de esas personas, dos de esas oportunidades de las que hablaba antes que no he desperdiciado.




Esa es la moraleja de este viaje, aprovecha cada oportunidad, detalle…cada primavera, verano, otoño e invierno. Aprovéchalos, estés donde estés siempre habrá algo que merezca la pena. Aprovecha cada día y abre tu corazón a toda la gente maravillosa que se cruce en tu camino.

Un abrazo a todos los seguidores de Chachi Pistachi, espero que os haya gustado,
María.


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